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Andino, alpinista, himalayista, rescatista Artículo Completo Artículo Completo Artículo Completo Artículo Completo Niels Jespers y Hugo Ayaviri Ochomilismo Verano en el Karakórum Hugo Ayaviri Hugo Ayaviri se convierte en el primer boliviano en escalar el K2 K2: No-O2 para dos y la segunda cumbre de Sajid Cordillera Apolobamba: ILLIMANI, CARA SUR

Ochomilismo

El K2 sigue siendo el protagonista

EL K2 ha sido, desde la perspectiva himalayística, el máximo protagonista del año en que las montañas más altas del planeta recuperaban la actividad después de un 2020 totalmente marcado por las restricciones a la movilidad derivados de la pandemia de Covid. Durante las primeras semanas de 2021, el Chogori fue el escenario de una epopeya heroica y trágica a la vez, en que diez nepalíes se llevaron la gloria de la primera ascensión invernal del último ochomil virgen en la estación más fría del año, mientras otras cinco personas perdían la vida, incluido el español Sergi Mingote.

Primera invernal del K2

La temporada invernal en el K2 concentró una cantidad inusual de alpinistas en cuatro expediciones diferentes, todos ellos deseosos de lograr su primera ascensión en invierno. La empresa se adivinaba extremadamente difícil y arriesgada y por primera vez eran los sherpas nepalíes quienes tomaban el timón de un proyecto de tal magnitud. Ellos lideraban tres de los cuatro grupos expedicionarios, que comenzaron a trabajar en la ruta del Espolón de los Abruzzos desde el primer día del invierno… o incluso antes en el caso del equipo formado por John Snorri, Muhammad Ali Sadpara y su hijo Sajid Ali Sadpara. La meteorología colaboró, los grupos se coordinaron con eficiencia en la montaña y la progresión se evidenciaba rápida ya a finales de diciembre. Tras la primera semana de enero, algunos ya estaban en disposición de lanzarse a por el intento de cumbre en cuanto se abriera la primera ventana de buen tiempo.

Esa ventana llegó el 13 de enero y la ruta se llenó de alpinistas finalizando la fase de aclimatación, equipando campamentos de altura y fijando cuerdas en el itinerario. Los grupos nepalíes de Nims Purja y de Mingma G llevaban la delantera. Una previsión meteorológica errónea el día 15 dejaba atrás a John Snorri y los Ali Sadpara. Sergi Mingote y Juan Pablo Mohr formaban la cordada que más cerca estaba de los nepalíes aquella tarde, pero consideraron que no estaban suficientemente aclimatados para ir más allá de los 7.000 metros del campo 3 bajo y allí se detuvieron.

Aquella misma madrugada, diez nepalíes liderados por Nims Purja y Mingma G,con Gelje Sherpa, Mingma David Sherpa,Mingma Tenzi Sherpa, Pem Chhiri Sherpa, Dawa Temba Sherpa, Dawa Tenzin Sherpa, Kili Pemba Sherpa y Sona Sherpa partieron desde el C3 (7.350 m) para recorrer el Hombro en dirección al Cuello de Botella, superar la travesía del serac y finalmente alcanzar la soñada cima a lascinco de la tarde. Con la puesta de sol, se reagruparon a escasos metros del punto más alto y caminaron juntos ese último trecho entonando el himno nacional de Nepal, en una imagen para la historia. A pesar del cansancio y lo tardío de la hora, todos completaron el descenso hasta el C3 sanos y salvos. E incluso dos de ellos, Gelje Sherpa y Sona Sherpa, bajaron hasta el CB del tirón. En los días posteriores, trascendió que Nims Purja había llevado a cabo su ascensión sin la ayuda de oxígeno suplementario, mientras que sus nueve compañeros sí lo habían usado.

Fallecimiento de Sergi Mingote

Mientras los diez nepalíes negociaban el tramo superior de la ascensión del K2, Sergi Mingote y Juan Pablo Mohr, así como otros alpinistas que se hallaban en la montaña, descendían ese 16 de enero hacia el campo base. Ya casi al final de ese descenso, en las cercanías del campo 1 del Espolón de los Abruzzos, Sergi Mingote se precipitaba en una caída que le provocó la muerte.

Desnivel revista

El alpinista catalán, que en los últimos años había destacado por su actividad en los ochomiles sin oxígeno, era uno de los líderes de la expedición de Seven Summit Treks y su fallecimiento fue una experiencia traumática. También representó un dramático contrapunto al éxito de los nepalíes. 

Caos y muerte en la segunda oleada

Mientras los diez autores de la primera ascensión invernal al K2 abandonaban el campo base y eran literalmente engullidos por un océano de celebraciones, homenajes y festejos en su país, la temporada siguió adelante en la montaña. Los alpinistas restantes, pertenecientes a dos expediciones, todavía soñaban con pisar la cumbre. Después de dos semanas largas de espera y recuperación tanto física como anímica, a principios de febrero se abrió una nueva posibilidad. Un gran número de alpinistas se sumó a este intento. Sin embargo, los campamentos de altura no contaban con el equipamiento necesario para albergarlos y se sucedieron las escenas de caos y tensión, primero en el C2 y después en el C3. 

Col. John Snorri 

La noche previa al teórico día de cumbre fue toda una odisea en el campo 3. No había tiendas para todos y nadie pudo descansar correctamente ni fundir hielo para beber en condiciones, al estar todas las tiendas sobreocupadas. 

A pesar de ello, John Snorri, Ali Sadpara y su hijo Sajid decidieron partir hacia la cima de madrugada, y a ellos se sumó Juan Pablo Mohr sin oxígeno. 

JP Mohr

Tamara Lunger, nueva compañera de cordada del chileno, decidió darse la vuelta y emprender el camino del CB, igual que el resto de expedicionarios. Nada más comenzar a bajar, el experimentado alpinista búlgaro Atanas Skatov perdió pie y sufrió una caída que acabaría con su vida.

Sergio Mingote

Mientras tanto, el cuarteto que intentaba la cima se vio reducido en un integrante antes de llegar al Cuello de Botella. Sajid Ali Sadpara tuvo un problema con el regulador de oxígeno y regresó a un campo 3 ya vacío.

Su padre Muhammad Ali Sadpara, John Snorri y Juan Pablo Mohr, siguieron adelante… Ya no regresarían y elevarían a cinco las víctimas mortales del invierno en el K2.

Epílogo en verano

La desaparición de John Snorri, Juan Pablo Mohr y, muy especialmente Muhammad Ali Sadpara, motivó un gran despliegue de medios. La operación de rescate implicó a autoridades, guías locales, alpinistas de otros países, helicópteros y tecnología de punta; más adelante, se transformó en operación de búsqueda de los cuerpos; y después se canceló hasta el verano.

En la estación más propicia para escalar el K2, Sajid Ali Sadpara regresó con el objetivo de localizar el cadáver de su padre y sus compañeros, así como para hallar respuestas a lo ocurrido. El joven pakistaní subió hasta el Cuello de Botella por detrás del equipo de sherpas responsables de equipar la ruta. Encontraron los tres cuerpos en diferentes localizaciones cercanas a la ruta: Juan Pablo Mohr cerca del C4, Muhammad Ali Sadpara por debajo del Cuello de Botella y John Snorri por encima del Cuello de Botella. Todo apunta a que fallecieron durante el descenso, probablemente sucumbieron al frío y al cansancio extremo. No se ha podido concluir si, efectivamente, alcanzaron la cima o si se dieron la vuelta antes de llegar.

Los otros ochomiles del Karakórum

Además de todo lo relacionado con la expedición al K2 invernal, el Karakórum registró algunas otras noticias relevantes a lo largo de 2021. En el lado positivo, destacaron Niels Jespers y Hugo Ayaviri.

El belga y el boliviano consiguieron enlazar las ascensiones sin oxígeno al Broad Peak y al K2 en los diez días que van del 18 al 28 de julio. Algo que solamente habían realizado ocho personas antes que ellos. Además, Hugo Ayaviri todavía tuvo tiempo y energías para ayudar a Sajid Ali Sadpara a trasladar el cuerpo de su padre hasta un emplazamiento más seguro cerca del campo 4 del K2. Por su parte, los franceses Guillaume Pierrel, Aurélia Lanoe, Boris Langenstein y Tiphaine Duperier escalaron el Gasherbrum II y consiguieron descenderlo con esquís, a pesar de que el mal tiempo dificultó el trabajo en la montaña y convirtió su ascensión en un juego más técnico de lo previsto. En el lago negativo, el verano de 2021 en los ochomiles del Karakórum llevará el nombre de Hong-bin Kim.

El alpinista coreano de 57 años, amputado de todos los dedos de ambas manos desde 1991, completó la ascensión de los catorce ochomiles en la cumbre de Broad Peak. No obstante, perdió la vida en una caída sufrida durante el descenso, todavia en la parte alta de la montaña. Nuevamente, se vivió una situación poco clara. en la que varios alpinistas pasaron cerca de la griesta en la qeu se había precipitado Kim sin prestarle ayuda. 

La cima verdadera de Manaslu

En otoño, la acción en los ochomiles se trasladó a Nepal, donde la comunidad que vive de y para las montañas anhelaba una temporada de cierta normalidad después de ver las cancelaciones de 2020 en los muchos problemas causados por los contagios de Covid en las expediciones de la primavera. Afortunadamente, esta vez si se pudieron gozar de esa relativa normalidad. 

Como viene siendo habitual, el Manaslu concentró al mayor número de personas de la temporada posmonzónica, integradas en numerosas expediciones comerciales lideradas por sherpas. Lo extraordinario de la temporada fue que una de esas expediciones, impulsada por Mingma G, se salió del guión preestablecido para escalar la verdadera cima del Manaslu, saliendo al paso de la controversia levantada por las investigaciones que situaban el punto más alto en el extremo opuesto de la arista que se solía tomar por la cima real.

Con la ayuda de unas impresionantes imágenes tomadas por Jackson Groves, la cuestión quedó totalmente clara y evidenció que solamente el grupo Mingma G había alcanzado la cumbre real. Y no sólo este año sino que la equivocación se remonta a tiempo atrás.

Así las cosas, incluso "The Himalayan Database" se tuvo que posicionar y advirtió que a partir de 2022 no aceptará más cumbres que no correspondan a la cima real, aunque no hará un ejercicio revisionista con ascensiones de años precedentes. 

Entre esas ascensiones figurarán la de Martín Ramos, que consiguió alcanyhar el décimo ochomil de su cuenta particular en el Manaslu. Así como la de Anna Tybor, que completó el primer descenso femenino en esquís de la octava montaña más alta del mundo.

Variante Batard en el Everest

La temporada de otoño en los ochomiles se extendió este año hasta finales de noviembre. Fue la solitaria temporada elegida por el veterano Marc Batard para llevar acabo una expedición previa a su ambicioso proyecto de ascender el Everest sin oxígeno con 70 años de edad en  2022. El alpinista francés lideró un equipo con su hijo Alan Batard y varios guías de montaña para abrir una  variante de la ruta normal de la vertiente sur que evitara el peligroso paso por la Cascada de Hielo del Khumbu.

El apodado "Sprinter del Everest" anunció haber conseguido su objetivo, a través de una línea que asciende una sección rocosa de los flancos del Nuptse (hasta unos 6000 m) desde Gorakshep (5150 m) y que incluye la cima de un pico sin nombre de 5880 m que bautizaron como Sundare, en honor de Sundare Sherpa, compañero de Batard en el Dhaulagiri de 1987 y fallecido en 1989.

La variante Batard enlazaría con la ruta oroginal en algún punto cercano al campo 1, ya superada la Cascada de Hielo del Khumbu en el Valle del Silencio. Pero esta será una historia pendiente para 2022.

Isaac FERNÁNDEZ

Las lecciones de la altura

Durante el primer intento al Broad Peak, Anne ascendió hasta el C2, desde donde realizó un épico descenso en plena tormenta y decidió no volver a intentarlo, ayudando desde entonces en la logística y el éxito de los objetivos de su marido. Hugo consiguió alcanzar la cumbre del Broad al segundo intento (el 18 de julio) y, solo 10 días después, enlazó con la cumbre del K2, junto al polaco Oswald Rodrigo y el belga Niels Jespes.

Mr Kim, Hugo Ayaviri, Anne Bialek

Encadenó ambas ascensiones sin oxígeno y sin ayuda de sherpas, convirtiéndose con ello en el primer boliviano en esta gesta, y en la novena persona del mundo. En el Broad, Hugo ayudó al rescate de la rusa Nastya Runova y vivió de cerca la muerte del coreano Hong-bin Kim.

También esos días se llevó a cabo la ceremonia memorial por los fallecidos en el K2 en el invierno anterior, y Hugo ayudó a Sajid a bajar el cuerpo de su padre, Muhamad Ali Sadbara, desde los 8300 m a los 7900 m (en el C4, donde lo enterraron), por lo que fue recibido como un héroe nacional en Pakistán. Anne comparte a continuación sus pensamientos tras ser testigo directo y partícipe de todos estos acontecimientos.

Hugo en la cima

¡Los escenarios se repiten, las historias suceden y son iguales! Después del buen tiempo, la tormenta... después del éxito, la angustia y la tragedia... Subir a la cima dentro de lo razonable siempre ha sido un error fatal. 

Este año, los candidatos del Broad Peak pasaron 24 horas entre el ascenso a Rocky Summit y, para algunos, a la cumbre real.

Pero llegaron muy tarde, demasiado tarde en la tarde y llegaron al Campamento 3 durante la noche, ¡y para algunos casi no regresaron o se quedaron allí! Este error es frecuente y muy a menudo trágico. Una vez más, esto resultó ser cierto con la caída de Naztia y Mister Kim.

Equipar la ruta con cuerda fija el mismo día desde la ventana meteorológica mientras los clientes esperan detrás de ellos también me pareció una tontería. Los sherpas pueden permitírselo, dominan perfectamente la técnica y la sincronización. Cada error tiene un alto precio a estas alturas.¿Cómo es posible también que no proporcionaran suficiente cuerda fija para equipar hasta la cima de Broad Peak? Este año, la ausencia de los sherpas se sintió dolorosamente. Fue una oportunidad para que los paquistaníes demostraran que eran capaces de equipar las vías ellos mismos, pero está claro que aún les falta formación y profesionalidad.

Seres humanos a 8000 m

Tenía la sensación de que la atmósfera en este tipo de expedición iba a ser muy diferente a la que estaba viviendo en mis propias montañas.

Hugo en ascension al Broad Peak
Hugo ascendiendo el Broad Peak

Hice grandes encuentros: gente fantástica, cálida, solidaria e interesante. Puedo decir que hice algunos amigos de verdad. Pero también descubrí un mundo sobrevalorado y deshumanizado. ¿Cómo calificaría a los seres humanos a 8000 m? Deshumanizado, celoso, individualista y egoísta.

El espíritu de equipo se ha ido, el concepto de cordada también. ¡La solidaridad que yo conocía no existe más! Cada uno trabaja por su propio interés. Cada quien se siente bien en su burbuja. El único objetivo que importa es el objetivo individual de cada uno. Si no se llega a la cima, el ser humano va a buscar excusas o una buena razón para no haberlo hecho, y la excusa del rescate es a menudo ideal. Cada quien tira para su lado, y el campamento base se convierte en un lugar donde hay mentiras y calumnias. Todo se especula, es negociado... Y, sin embargo, parece que esto no es nada en comparación con la operación realizada durante las expediciones comerciales en Nepal. No sé qué hacer con todo esto, pero esta no es la imagen que amo de las montañas. Los desafíos económicos son muchos. El dinero gobierna el mundo y, a 8000 m ¡es aún más cierto!

El miedo, el gran problema

El miedo es un problema real en estas alturas. Esto es muy a menudo lo que paraliza al montañista poco profesional. Muy a menudo también es contagioso. El verdadero problema es que nos sentimos muy solos aferrándonos a nuestra cuerda.
En los Andes, subo con mi guía, quien me asegura con su cuerda. Entonces me siento capaz de hacer grandes cosas. Aquí, estoy colgando de una cuerda cuyo seguro es aleatorio. Por encima de los 7000 m, sabemos muy bien que, en caso de problema, casi nadie podrá ayudarnos. Tienes que ser muy independiente, que no es el caso mío como montañista aficionada. Rescates como el de Natzia por Oswald, son muy raros. De repente, la angustia de la muerte te abruma, la razón gana y te empuja a bajar.

Este año, las cumbres no estuvieron bien equipadas hasta la cima. Durante el primer ataque a la cima del Broad Peak, solo los más fuertes subieron: Hugo, Oswald y Niels, así como Naztia y Mister Kim, así como una persona con oxígeno. Algunos porteadores paquistaníes los habían seguido. Durante el segundo intento que se iba a realizar en la mañana del 27 de julio, el miedo contagioso se apoderó de los 22 candidatos a la cumbre, que se rindieron por el riesgo de una avalancha. El miedo se impuso a la opinión colectiva. Nos convencemos de que la situación es demasiado peligrosa, el riesgo cero no existe en la montaña, pero cuando el miedo nos ha invadido es imposible razonar, la excusa es seria y se esparce por todo el grupo como un rastro de pólvora. La noción de supervivencia gana.

Anne BIALEK

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